martes, 27 de septiembre de 2011

Ahora sí.

Tras esquivar la lluvia durante la mañana y buena parte de la tarde en el Metropolitan Museum of Art, salimos y vimos que la lluvia daba una tregua. Decidimos que entonces sí, era el día de visitar el Empire State Building.

Y allí que nos fuímos, a la puerta del edificio más alto de la ciudad de Nueva York, desde la desaparición de las Torres Gemelas y hasta que terminen las nuevas torres del WTC.

Justo desde abajo, sus 443  metros te dejan boquiabierto (y con dolor de cuello).

Una vez asimilada la magnitud del sitio, empieza la ruta hacia la cima del coloso. Primera parada: la entrada.


Una vez dentro el sendero es simple: póngase en cola y espere.

¡Por fín! Los ascensores.


Una vez dentro del ascensor toca subir...¡¡Al piso 80!!

Por cierto, que estos ascensores suben 80 pisos en el tiempo que el de mi casa sube 5.

Una vez en el piso 80 toca coger otro ascensor, pues esta no es la cima. El piso 86 es nuestro destino. Allí se encuentra el observatorio bajo del Empire State. Y digo bajo porque si pagas la "entrada cara" puedes subir hasta otro observatorio, el de la planta 102, en toda la antena del edificio.

Bueno. Ya estamos aquí, en la planta 86 del edificio más alto de Nueva York y durante casi 40 años, el más alto del mundo. En un principio se pensó utilizar como terminal de dirigibles, pero se descubrió que esa idea era un despropósito. Se terminó de construir en 1931, tan solo poco menos de un año después de que se iniciara la obra. Dicha rapidez se debe a que en aquel entonces la Teo no estaba en el ayuntamiento de Nueva York, si no, la obra sería para el 2012. Y llevaría retraso, claro.

Hasta este punto del edificio ya hemos pasado por un centenar de ventanas, todas adecuadamente tapadas con cristales opacos para que no se vea nada.

Pero ahora sí, nos dirigimos a la puerta que da acceso al balcón exterior. Ya es de noche. Se abre la puerta. A esta altura, el bullicio del tráfico, la gente y demás ruidos urbanos se transforma en un leve zumbido constante, como el de las olas del mar rompiendo.
 Nos abrimos paso entre la gente y ahí está. Nueva York.
















Y ahí estabamos, justo igual que empezamos. Boquiabiertos.

sábado, 24 de septiembre de 2011

MoMA

http://getfreshdaily.typepad.com/.a/6a00e54f900c388833010536efdcde970c-800wiSí amigos. Hoy llegó por fin el comienzo de la evitada jornada artística de Javi. Y que mejor que hacer boca con el museo de Arte Moderno por excelencia. Lógicamente íbamos con las expectativas de que no iríamos a encontrar gran cosa, puesto que ni yo soy forofa del arte moderno. Y por tal razón decidimos entrar un viernes, que por supuesto, era gratis (más que nada porque si no no entraríamos)

Pero no. El MoMA no solo albergaba las más extravagantes obras de ¿arte? cuyos protagonistas no eran más que simples rayas. Cuando se abría un hueco entre tanto turísta y tanta cámara, podía disfrutarse de algunas de las obras más importantes de verdaderos artistas como Picasso, Van Gogh o Dalí.

http://www.gallery-art.org/wp-content/uploads/2010/10/van-gogh-vincent-starry-night.jpgY, en efecto, allí estaba. Rodeado completamente por un cordón de personas que le hacían protagonista de una gran sala. La noche estrellada de Van Gogh.

http://image.librodearena.com/b/0/1391080/cuador-de-relojes-dali.jpgY no es que la sala no tuviera pinturas que eran dignas de admiración, pero esta en concreto, ya sea por la fama, por el pintor, o por la forma en la que expresa el paisaje con esas líneas sinuosas y sus tonos azules, podía dejar con la boca abierta a aquél que pasara delante de ella.

No solo Van Gogh se llevó toda expectación. La compartía con algunas de las pinturas más preciosas de Cezanne, como su bañista. O una de mis favoritas, La persistencia de la memoria, más conocida como Los relojes blandos de Salvador Dalí.

http://www.travelnauta.com/wp-content/uploads/2011/04/picasso-las-senoritas-de-avignon_735x768.jpgOtra de las pinturas más famosas, que también captaba el interés de la gente, era un enorme cuadro colgado en medio de otra de las salas. Éste era Las señoritas de Avignon, la obra más representativa del cubismo de Picasso, caracterizado por sus líneas rectas y complicadas que forman, de la manera más extravagante, los cuerpos de 5 mujeres desnudas.

Y para no alargar más esta actualización, solo mencionaré otras pinturas y artistas por los que merece la pena visitar el MoMA.


Por ejemplo, compuesto por tres paneles gigantes, los característicos Nenúfares de Monet, recogían con gran éxito uno de las pocas representaciones del puro impresionismo francés que se puede ver en el museo.

Tampoco olvidar mencionar artistas como Liechtenstein o Pollock cuyas obras compartían techo con la mítica Rueda de bicicleta del artista dadá, Duchamp.

Y bueno, aquí acaba al fin el resumen de nuestra visita al MoMA que, a pesar de su criticada fama, es digno de entrar y deleitarse con pinturas como las que están descritas más arriba.

Mañana me pensaré si actualizar también sobre el Metropolitan, que aunque seguro sea mucho más espectacular, me podría llevar horas y horas.

jueves, 22 de septiembre de 2011

BK

Ayer la lluvia dió una pequeña tregua, así que decidimos expandir fronteras y conocer otros distritos de Nueva York

La ciudad está compuesta por cinco distritos: Manhattan, The Bronx, Queens, Staten Island y Brooklyn. Así que nos decidimos por ver el más grande y variado de todos: Brooklyn o "BK", como dicen aquí (les cuesta la vida escribir una palabra sin acortarla).

Cogimos un metro que nos cruzó a través del Puente de Williamsburg desde Manhattan hasta Brooklyn, concretamente al barrio de Williamsburg (para que complicarse la cabeza). Este barrio tiene fama de ser el nuevo barrio artístico y bohemio de la ciudad. Pero la realidad es que, si lo es, es en otra parte del barrio distinta a la que vimos.



Lo que sí es cierto es que es un barrio lleno de contrastes. En una calle estás paseando por Bogotá o por Caracas. En la siguiente estás en pleno Israel y dos esquinas más para allá estás en...
... la nada.

Lo cierto es que acabamos encontrando una calle parecida a lo que buscamos.















Después de deambular por Williamsburg, cambiamos de barrio y fuimos al barrio "Down Under the Manhattan Bridge Overpass": DUMBO. Sí. Y lo mejor de este barrio (después del nombre) son las vistas:




miércoles, 21 de septiembre de 2011

Writing in the rain.

Imaginaos por un segundo andar por una calle. A un lado, edificios de 60 plantas. Al otro, 6 carriles por el que circulan todo tipo de vehículos enormes como les viene en gana. En medio de la acera, puestos de comida y prensa, vendedores que te asaltan con descuentos, andamios y aceras levantadas.

A todo esto sumadle un río de personas de todo tipo andando (con prisa cuando están detrás tuya y con desesperante parsimonia cuando van delante).

¿Lo tenéis?

Eso es pasear por Nueva York.

Aún así, joder, es Nueva York, merece la pena por ver una ciudad tan alucinante. Pero hay un factor, uno no mencionado anteriormente, que solo sale en días como el que ha hecho hoy en la ciudad: los paraguas.

Eso sí que no, amigo. Podemos esquivar turistas, vendedores, obreros, conductores agresivos y vallas publicitarias, pero no paraguas.

Es la razón de que hoy en este blog no se cuenten azañas y desventuras en la gran manzana. Una tarde de ver llover sobre los rascacielos por la ventana, que tampoco está mal.

domingo, 18 de septiembre de 2011

17-S. #OccupyWallStreet.

Hoy el mundo estaba convocado a protestar ante las principales Bolsas. La Bolsa por excelencia, Wall Street, no se quedaba al margen, y se esperaba una multitudinaria concentración en el Financial District de Manhattan. Allí que nos fuímos a ver "el percal".

Cuando llegamos, las calles cercanas al edificio principal de la bolsa, estaban completamente custodiadas por barreras de metal y policías. Rodeamos la zona y encontramos la concentración frente al famoso toro de Wall Street, uno de los íconos del capitalismo.




 Tras el impacto inicial de ver aquella zona llena de policías y gente haciendo ruido, la sensación fué la de decepción. En las jornadas de protesta del movimiento 15-M en Cádiz había más gente que la que hoy se daba aquí encuentro. Que esto pase en una ciudad de 12.000.000 de habitantes es preocupante.









No obstante, la gente que acudió, participó. El procedimiento era similar a las concentraciones vistas en la Puerta del Sol, pequeñas asambleas donde la gente intercambiaba opiniones y aplaudía como si fueran sordos.

Entre los pocos participantes, algún ilustre gaditano.





Como conclusión y opinión personal: mucho ruido y pocas nueces. La sociedad americana (la neoyorquina en particular) ha demostrado que no está por la labor de salir a la calle y cambiar nada, o eso han dado a entender.

Espero que las concentraciones en Europa hayan sido más productivas y que allí la gente si tenga ganas de levantarse y actuar.

Sin más, os dejamos con algunos de los lemas y símbolos más destacados del día de hoy.







Repitiendo Central Park.

Tomando energías (aguadas) para empezar el día con alegría.

Ayer tocó nueva visita a Central Park. Una vez visitada la zona sur, tocaba la zona media. Disfrutad las imágenes.