domingo, 11 de septiembre de 2011

Landing in NY.

A las 9.00 (hora patria) en pié. Coche hasta Gibraltar. Cola para pasar la frontera de La Piedra. Un control. Llegada al ¿aeropuerto? de Gibraltar. Facturar. Otro control, pasaportes y equipajes. Despegue. Viaje de tres horas hasta Londres al lado de una asistenta de política internacional que iba para Kabul, y si era camarera pues le echó imaginación. A las 16.00 (15.00 en Londres) llegada. Otro control. Vueltecita de rigor en Heathrow para hacer tiempo. Es la puerta 30, ¡sorpresa! en la otra punta. Otro control. Y otro. Y otro. Embarque. Despegue. Ocho soporíferas horas en avión. Películas en Latino. Leer. Dormir. Otra película. Paseos. 2.00 (20.00 en NY) aterrizaje en el JFK. Redoble de tambores...otro control. Recogida del equipaje. En busca del metro. Una hora en metro. Búsqueda de la residencia. Primera paseo para cerciorarnos de que estamos en Nueva York.

Y tras todo eso, yo ya no sé que hora era en qué parte del mundo, pero cogí la cama y ni doscientas Torres Gemelas cayendo podrían haberme despertado.

2 comentarios:

  1. Queridisímos Javier y Lorena, te escribo desde Port Royal Cachucha Beach para deciros que la envidia es muy mala, espero que sepais resarcirme convenientemente ( algun gadget, merchandise , etc etc , que veais ortera ) . Mi hija isa quiere un poster de manhattan de al menos 2 metros por 1 .
    A ver si tienes cojones de meterlo por la aduana.
    Besitos Largo.

    PD:Mi hija lo quiere enmarcardo.

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  2. Si la envidia provocara sarna estaría rascándome contra las paredes

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